lunes, 1 de junio de 2015

La vida es una montaña rusa de emociones


Haciendo un balance de mis primeros 5 meses en Malta puedo asegurar que como el 90% del tiempo me he sentido feliz, positiva, agradecida, orgullosa, disfrutando...

Y los pocos momentos que he tenido más bajos, menos felices, menos positivos...han sido momentáneos, siempre los he llevado muy bien y los he superado enseguida. Cuando se han ido mis visitas, cuando echo de menos a mi gente, cuando me he sentido insegura con el inglés...

Esta semana pasada ha sido menos positiva. Por desgracia tuve que asistir a un funeral, del padre de mi coordinadora, que estuvo muy malito durante un mes en el hospital y la vimos sufrir por él durante todo este tiempo. Ahora tanto él como la familia, descansan en paz. Nunca había estado en un funeral católico, fue en una Iglesia muy grande y bonita y estaba llenisima de gente. Fue emotivo.

La nueva voluntaria española (que no es mi hermana) tuvo que volverse a España porque su padre se puso muy grave y está en el hospital, por suerte ahora está estable y esperemos que ella vuelva pronto.

Y yo he tenido que ir al médico por un problemilla que me tenía preocupada, y esta semana vuelvo al dermatologo. Espero que no sea nada importante, ahora estoy tranquila.


Estas cosas deben de ser lo peor que he pasado aquí. Y sólo me hacen valorar más todo lo bueno que tenemos, que por desgracia no lo valoramos del todo hasta que lo perdemos. Como la salud y los seres queridos.

La vida es una continua subida y bajada de alegrías y preocupaciones, como hoy hablaba con mis hermanos, con quien mantengo las conversaciones más profundas.
Es imposible ser felices todo el rato, pero al menos hagamos por pensar y sentir de la manera más positiva posible. No dejar que lo malo nos contamine. Por supuesto dejarlo que venga libre a nuestra cabeza, pensarlo y recapacitarlo, expresarlo, masticarlo y escribirlo si hace falta. Pero luego dejarlo ir, aprender de lo malo, superarlo, pero no guardarlo y recrearnos con ello.

Y con lo positivo hacer lo contrario, tenemos que darle más importancia a todo lo bueno que tenemos día a día, empezando por la salud y las personas que nos quieren. Compartir y no olvidar lo que tenemos, lo bonito que sentimos y lo que nos hacen sentir.


Es fácil ser positiva cuando se está feliz, como es mi caso. Pero escribo esto precisamente hoy que me siento más confundida o un poquitiiiito menos motivada.
Porque es algo que hay que trabajar a diario. Por supuesto no podemos tenerlo todo perfecto para siempre. La vida va por rachas, estoy en una buena pero sé que volveré a pasar momentos malos.

Hay que trabajar el equilibrio empezando cuando se está feliz, absorviendo toda la fuerza que cada uno tenemos cuando todo va bien, para sacarla cuando no lo va tanto.

Siento el charlote, sólo reflexionaba para mi en público...
Para darle un poco de color a este post gris, dejo aqui algunas fotos de algunos de los atardeceres que me regala Malta, que me dejan siempre embobada.









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