lunes, 26 de enero de 2015

A cabezazos con la barrera del idioma...


Te das cuenta de lo importante que es poder comunicarte en muchas ocasiones. 

Pero cuando alguien está mal realmente, llorando desconsolad@, intentando explicarte lo que le ha ocurrido y eres incapaz de comprender ni ayudarle de ningún modo, desespera, desespera mucho.
Esta situación ya la he vivido varias veces en las escasas 3 semanas que llevo en Malta. 

Cuando una serie de individuos llegan solos, cada uno por separado, a un lugar nuevo, formando un grupo de "unos", de personas "solas", de desconocidos... se forma un equipo de solitarios unidos muy curioso, unidos por la misma soledad y por la misma causa. 

Si tienes la suerte de llegar a esta situación con el idioma nuevo interiorizado tienes todas las puertas, los oídos y los brazos abiertos. Puedes expresarte y ser uno más, como en tu casa. Puedes ayudar y sentirte útil. Puedes ser Tú.

Cuando vienes sin el idioma, y sientes que lo poco que sabías está escondido en algún lugar pero no quiere salir, como si cada día te costara más pronunciar las palabras, reproducir oraciones, entender lo que te dicen... entonces te das cuenta de que tienes un muro delante, que tú no tienes las puertas abiertas como los demás, que sin expresarte no puedes ser Tú.

Es duro, sabía que lo sería, y curiosamente lo estoy llevando mucho mejor de lo que esperaba. Pero es una situación muy desesperante, siento que avanzo muy despacio, incluso retrocedo. 
Tengo paciencia, mucha, se que tengo todo un año por delante y que por muy difícil que me resulte, al final de esta experiencia podré comunicarme en inglés (si no abandono antes juju) y eso será un logro del que me sentiré muy orgullosa.

Pero ahora es un problema, es una barrera, es un freno. Me asusta un poco no poder integrarme en el grupo como los demás lo están haciendo. Me preocupa no avanzar como debería y que en el centro donde "trabajamos" se cansen de esperar a que pueda comunicarme y trabajar sin tanta dependencia de los demás.

Esto es lo más negativo de mis 3 primeras semanas como EVS. Es mi única preocupación y con la que supongo que nos enfrentamos la mayoría y por eso la plasmo aquí.

Por lo demás voy adaptándome poco a poco pero muy ilusionada y sientiéndome muy fuerte y afortunada de estar viviendo esta experiencia.

Step by step...



domingo, 18 de enero de 2015

Primeras impresiones



Cuando bajé del avión, antes de entrar al Aeropuerto, en la pista de aterrizaje ya pude respirar el CAMBIO...


Después de recoger el equipaje, me estaba esperando un hombre con el típico cartelito con mi nombre, ¡qué ilu! jejeje, siempre he querido que alguien me esperara así. Aunque ya me pasó algo parecido, en la India, cuando en medio de una estación abarrotada de gente, un hindú me buscaba con un cartel que decía: "Mofles", enviado por mi hermana que me esperaba en el hotel ^^.

Al montar en el coche, como nos pasa a todos cuando llegamos a un país donde se conduce al revés, me fui a sentar en el asiento del conductor, juju.  
Llegamos al centro donde trabajan (y yo trabajo ahora) y conocí al resto de voluntarios y la directora, con quién tuve la entrevista por Skype y con quien me he comunicado todo este tiempo.
 Y a pesar de no poder decir dos frases seguidas en inglés, estaba tranquila y cómoda con la nueva gente. 

En cuanto localicé a la voluntaria con quien me había estado hablando días antes y que me había explicado muchas cosas, la abracé y ella se encargó de mi en todo momento. 

Me enseñó todo el lugar de trabajo y después nuestro piso, porque vivo con ella (es alemana), otro chico alemán y otro chico chipriota. 
El piso me decepcionó bastante, es feo, estaba guarrete... Para que nos vamos a engañar, esperaba un piso con encanto, aunque fuera viejo, pero que los voluntarios le hubieran dado ese toque que lo hiciera acogedor y agradable, pero no era así, esperaba una habitación chula, con vistas y lo único que podía ver es una pared a pocos metros, porque da a un patio interior. Pero como dije anteriormente, no puede ser todo perfecto. Intentaré hacer lo que pueda por mejorar este espacio que es ahora mi hogar.

Mis primeras horas, y mis primeros días en Malta fueron mucho mejor de lo que esperaba.
Estaba convencidísima de que iba a ser duro, de que lo iba a pasar bastante mal por el idioma, que me iba a sentir sola, perdida, descolocada, insegura, que iba a echar mucho de menos a mi familia. Pero me equivocaba, me he sentido cómoda en todo momento, tranquila, fuerte, contenta y muy positiva. Echo de menos a los míos, claro que si, pero les siento cerca.

Todo esto me ha sorprendido muy gratamente y puedo decir bien alto que me siento muy orgullosa de mi misma, por haber dado este paso y por lo bien que lo estoy llevando.

No puedo negar que me siento muy inútil con el idioma, pero tengo paciencia y confío en que, aunque me cueste especialmente a mi, lo iré aprendiendo.

Y mi primera impresión de Malta fue tal y como me esperaba, maravillosa :), me encanta este país desde que hace meses sentí su llamada y ahora que estoy aquí siento que no podía haber elegido mejor lugar, es precioso y tiene todo lo que necesito, es perfecto para mi.

Estoy tan contenta...

=)

viernes, 16 de enero de 2015

Introducción (o antecedentes a mi nueva vida en Malta)



He sobrevivido a la primera semana, así que creo que es momento de empezar a compartir...



Contaré mi experiencia desde el principio, más de 4 años atrás, cuando empecé a plantearme hacer un Servicio de Voluntariado Europeo.

Conocía este tipo de proyectos porque mi hermano realizó el suyo hace 15 años, cuando él tenía 25, pasó 6 meses en Ámsterdam y le gustó mucho la experiencia, tanto que se quedó a vivir allí unos meses más. Yo siempre he querido hacer algo así pero nunca me vi capaz. Hasta que en el 2010 comencé a planteármelo, pero la vida a veces te lleva por otros derroteros y al final pierdes la ocasión.

Hace poco más de un año mi vida volvió a dar un giro inesperado que me dejó bastante perdida, así que empecé a buscar mi camino, a pensar qué quería hacer con mi vida, dónde hacerlo, pensé en estudiar, en cambiar de trabajo, en cambiar de ciudad... cambiar, necesitaba un gran cambio, pero ¿cuál?, ¿qué estudiar?, ¿dónde irme?, ¿qué trabajo buscar?, etc., todo eran dudas... hasta que recordé que podía hacer un SVE, me informé y  y comprobé que era "o ahora o nunca", porque es para jóvenes entre 18 y 30 años y yo tengo 29, así que ¡¡a por ello!!.

En abril (2014) me acerqué a la casa de la juventud de mi barrio a informarme bien y ellos me contaron cómo funcionaba todo, yo tenía que prepararme una carta de motivación (no tenía ni idea de qué era eso) y mi cv en inglés.
Cuando lo tuve preparado empecé a b
uscar proyectos en la base de datos como me habían explicado en la casa de la juventud, que iba a ser mi organización de envío. En un Servicio de Voluntariado Europeo hay 3 partes:

- El/la voluntario/a (tú/yo)
- La organización de envío (buscas una en tu ciudad o cerca)
- La organización de acogida (dónde vas a realizar tu servicio de voluntariado)

En la base de datos tú buscas las organizaciones de acogida según tus intereses, tienes filtros para buscar proyectos por: país, ciudad, temas (niños, medio ambiente, ancianos, personas con discapacidad, animales... hay para todos los gustos), etc.

Yo buscaba proyectos con niños en un país de habla inglesa porque aparte de la experiencia que es en sí un voluntariado, necesito para mi vida profesional y personal mejorar el inglés, así que empecé a buscar en todos los países de habla inglesa de la Unión Europea. Después fui reduciendo los filtros a sitios muy concretos dónde me pudiera resultar cómodo pasar un año de mi vida. Y al final terminé deseando solo un lugar... Malta. Porque para mi el clima, el ambiente y la forma de ser de la gente me parecen muy importantes para hacer de un lugar desconocido mi casa. Necesitaba sentirme en casa. E investigando vi que en Malta el clima es parecido a España, la gente y la vida también. Así que recuerdo los pocos proyectos que encontré en Malta, porque es un país muy pequeño, y escribí a todos, trabajaran con niños, con animales o con piedras.
Pero recuerdo perfectamente que uno especialmente me interesó, trabajaba con niños, con una filosofía interesante, buenos valores, trabajando a través del arte, la creatividad, el yoga, el cuidado del medio ambiente, el deporte, el cuidado de la salud... Les escribí en agosto.


En noviembre, cuando ya me estaba cansando de buscar (aunque en realidad no llevaba una búsqueda demasiado activa), me escribieron de este proyecto de Malta que trabaja con niños y que me había interesado tanto, el único que me contestó interesado (aunque meses después) y ¡¡jus
to el que más me llamó la atención!! quizás era mi destino...

Después de varios emails tuvimos la entrevista por Skype, ¡qué nervios! nunca había tenido una entrevista por Skype y era mi primera entrevista en inglés, pero fue mucho más sencillo de lo que pensaba y les gusté, así que ¡me cogieron!, me dijeron: "pon tu mente en Malta y te esperamos aquí en enero". Según colgué abracé a mi hermana que estaba allí y rompí a llorar de la emoción... de verdad necesitaba esto :).

En realidad yo iba a reemplazar a un voluntario español de otra ciudad que no se había adaptado. Entonces mi organización de envío tenía que ser la de aquel chico, en otra ciudad, incluso en otra comunidad autónoma... Esto ha sido un problema porque no les conozco ni ellos a mi, la comunicación no ha sido la adecuada y la cercanía y confianza que tenía con la casa de la juventud de mi ciudad me ha faltado. Pero no puede ser todo perfecto... Como hemos podido nos hemos ido apañando a distancia entre los 3 puntos (ambas organizaciones y yo).

El mes y medio entre la entrevista y mi vuelo, fue de concienciación, preparativos y despedidas. Según se acercaba el momento, más rara me sentía, a veces dudando de si iba a hacer lo que realmente quería. Por varios motivos: ¿estaré preparada para estar tan lejos, sola, con otro idioma, compartir pisos con desconocidos, adaptarme a otro país, vivir sin mi familia y amigos cerca...? taaaantos cambios y taaaan grandes...
Y lo "malo" es que la vida me acababa de poner al lado a una persona muy especial, quizá la persona perfecta para mi, quien puede ser mi compañero para siempre...
Esto me hizo replantearme mi decisión de irme, pero no quería cometer el mismo error de la vez anterior: 'no pensar en mi y en lo que necesito y dejarme llevar por los demás'.
Estos últimos años he comprobado que si no eres feliz contigo mismo no puedes serlo con nadie y no quiero que me vuelva a pasar.

Lo que no me esperaba es que esa persona me ofreciera la posibilidad de dejarlo todo para venirse conmigo... ¡increíble! Me salvó de tener que elegir... dejamos la continuación de nuestra preciosa historia que acaba de comenzar en manos del destino, de la vida, de la suerte... en fin, del futuro.

Según se acercaba el día empezaron a surgir problemas con los papeles, porque quedaban días para irme y ¡yo aun no había firmado nada! Mi organización de envío empezaba a mosquearse porque no recibía el Acuerdo de Actividades (el contrato) que la organización de acogida tenía que mandarnos. No teníamos tampoco la contraseña para darme de alta en el seguro... Y sin seguro no me dejaban empezar el proyecto... ¡Yo estaba de los nervios! Ya tenía el billete y tenía que irme o perdía la oportunidad. Fueron días muy tensos en los que veía que se desvanecía mi sueño cuando se estaba haciendo realidad :(.

Finalmente conseguimos apañarlo y el 7 de enero de 2015, tras haberme despedido de casi todo el mundo, a las 5 de la mañana estaba en el aeropuerto de Madrid, despidiéndome de mi familia con tristeza e ilusión, con incertidumbre y una extraña tranquilidad interior.
El momento más doloroso que era la despedida de mi chico y mi familia había sido superado con sorpresa, porque me sentí fuerte y positiva.

Las 2:30h del vuelo fueron para mi un viaje tanto externo como interno. Para mi todo esto es mucho más que una experiencia física, es una experiencia emocional que necesito vivir.

Empecé a sentir paz, la paz interior que llevaba meses ansiando. Horas antes temía mi llegada a Malta, lo intuía como una situación insegura, tenía muy claro que lo iba a pasar mal el primer día, la primera semana, iba a ser duro... o eso creía.

Fuera como fuera, yo ya había emprendido mi vuelo...






Adjunto un video que refleja bien el salto que necesitaba dar y que al fin estaba dando: